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sábado, noviembre 01, 2025

Mi 'Signatue Scent', L'Instant de Guerlain

La importancia de una fragancia firma

Siempre he pensado que un Gentleman no se anuncia: se define. En el siglo XIX, los caballeros más cosmopolitas encargaban fragancias a medida, diseñadas según su estatus, su estilo de vida y su temperamento. Era un acto de distinción, sí, pero también de autoconocimiento. Su aroma hablaba de madurez, elegancia y estabilidad, no de ostentación. Hoy, en un tiempo (literalmente) saturado de opciones, retomar esa tradición tiene un significado especial. 


Elegir una fragancia firma es una declaración de identidad. Es saber quién eres, y no necesitar probarlo todos los días cambiando según el humor. Es preferir la constancia al capricho, la sutileza al ruido, la huella a la imposición. Una fragancia firma construye coherencia: acompaña tu vestimenta, tu voz, tu carácter, incluso tu silencio. 


Es parte de una estética más profunda, esa que une cuerpo, mente y presencia, una que no necesita cambiar con las modas, con el capricho comercial de quienes imponen tendencias para que el hombre de a pie, siempre proteiforme en su afán de querer pertenecer y aparentar, las siga (y compre más).

En mi caso, desde hace años uso la misma fragancia: L’Instant de Guerlain pour Homme. No fue una decisión impulsiva, sino un reconocimiento inmediato, casi instintivo. Desde su lanzamiento a finales de 2005, supe que ese aroma sería mi compañera. Con el tiempo, más que un perfume, se volvió una firma personal, una presencia sutil que me antecede y una estela discreta que queda cuando ya no estoy. Es mi personalidad olfativa, la llamada ´signature scent', y definitivamente no es para olfatos noveles.

Empero, debido a sus características, uso la versión Eau de Parfum en invierno, más profunda y envolvente, y la Eau de Toilette en verano, más ligera y brillante. Esa alternancia no rompe la continuidad: simplemente adapta mi esencia al clima. Hay perfumes que uno usa, y otros que, de alguna manera, lo adoptan a uno. L’Instant me pertenece tanto como yo le pertenezco a ella. 


El linaje de Guerlain

No es casual que mi fragancia firma provenga de Guerlain, la casa perfumera más antigua en actividad, fundada en 1828 por Pierre-François-Pascal Guerlain. Desde entonces, la maison se ha mantenido como un pilar de la perfumería mundial: refinada, exigente y fiel a un estilo propio que trasciende las modas.

En todas las creaciones de Guerlain late un mismo corazón olfativo, una especie de ADN secreto llamado “Guerlinade”: una mezcla emblemática de vainilla, bergamota, iris, jazmín, rosa y haba tonka que da identidad a la marca. La Guerlinade no es sólo un acorde; es una tradición, un linaje sensorial que conecta cada fragancia con el espíritu original de la casa, un aroma que también puedo hallar en los perfumes que usa mi mujer, también de la misma casa perfumera. 


En L’Instant, encuentro la Guerlinade discreta, escondida entre las notas modernas de cacao y sándalo, sobre todo cuando ya han pasado algunas horas después de aplicarlo, e incluso en la ropa que ya va de camino a la lavandería. Ese sutil ADN es el puente que une la perfumería clásica con la sensibilidad contemporánea, el equilibrio perfecto para un hombre maduro pero plenamente actual, como me gusta definirme.


El perfil de L’Instant


L’Instant de Guerlain pour Homme es una fragancia amaderada-especiada, de arquitectura impecable y compleja. Su salida combina limón, bergamota y anís estrellado, con una frescura elegante que nunca resulta frívola. El corazón revela té, cacao, sándalo y un leve matiz ahumado, y la base se asienta en pachulí, cedro y almizcle suave. En su conjunto, el resultado es cálido, sofisticado y contenido: una presencia que no impone, sino que sugiere. Un verdadero perfume de culto para quien sabe de estas cosas, y uno de los más acabados ejemplos de lo que un aroma masculino debería ser.

En mi piel, L’Instant se comporta con mesura y carácter. No invade el espacio: anuncia mi presencia con discreción, y cuando me alejo, deja una huella que persiste, leve pero reconocible. En invierno, la Eau de Parfum se vuelve casi íntima, como un abrigo invisible; en verano, la Eau de Toilette mantiene su elegancia sin perder frescura. Esa dualidad —clásica y moderna, densa y ligera, cálida y precisa— refleja mi propia forma de estar en el mundo. Por eso no busco otra fragancia. No necesito más variedad: necesito coherencia.


Elegancia y solidez 

Con los años, he descubierto que la elegancia no está en la novedad, sino en la permanencia con sentido. L’Instant de Guerlain pour Homme es una auténtica obra maestra de la perfumería. Creada por Béatrice Piquet, una perfumista de talento excepcional que nos dejó en 2010, esta composición es un ejercicio de equilibrio y elegancia tan logrado que todo amante del perfume debería conocerla al menos una vez en la vida, y es, para mí, esa permanencia. Representa equilibrio, madurez y discreción; une la herencia perfumera de Guerlain con el espíritu contemporáneo que aún busco mantener vivo.

Cuando alguien reconoce mi aroma antes de verme, o lo evoca después de que me voy, sé que he dejado algo más que una impresión: he dejado una identidad invisible, una huella personal. Y en eso consiste tener una fragancia firma: en no oler a perfume, sino oler a uno mismo, un camino que le recomiendo, estimado lector, amable lectora, recorra con gusto y paciencia, porque al final, una signature scent tomará personalidad exclusivamente al combinarse con su propia piel y carácter, únicos e irrepetibles.



domingo, agosto 08, 2021

El Sombrero Panamá

Sombreros Fedora  de Paja Toquilla,  Panamá Montecristi 
El clásico sombrero Panamá, elegancia veraniega... 

No se engañe, estimado lector, un sombrero Panamá es "el no va más" de la elegancia veraniega, y quien quiera pasar por bien vestido durante esos duros meses de calor no debe dejar de usar el clásico sombrero Panamá hecho a mano en el poblado de Montecristi, Ecuador (su verdadero lugar de origen), y tejido con paja toquilla. (¿Cual es la alternativa? ¿Una gorra de baseball?).

Claro que se requiere de una dosis de buen gusto y una pizca de seguridad en uno mismo. Pero nada  más edificante para todo Gentleman que se precie de serlo que ir por ahí sabiendo que lo que usa es Lo Correcto. Escoja usted el modelo 'Fedora', que es la copa más elegante (al estilo de los caballeros de los años treinta), y de ala ancha. Existen otros formatos de corona, el 'Habana', el 'Plantation' y el 'Copa Óptima', pero ninguno de estos se ve tan naturalmente adecuado para toda ocasión que el de copa 'Fedora'. Adicionalmente, en los países y lugares donde siempre hay calor, portar un sombrero Panamá puede hacerse durante todo el año. Su elegancia siempre será bien vista además de ser verdaderamente útiles.

Sombreros Fedora  de Paja Toquilla, Panamá Montecristi 





La historia del sombrero Panamá es por demás interesante y existen varias versiones sobre sus orígenes. Grandes personajes de la historia han usado sombreros Panamá, pero entre los primeros en adoptarlo podemos mencionar a personalidades como  Theodore Roosevelt, Napoleón III y Eduardo VII, entre otros importantes.
Mis sombreros más recientes los he adquirido en la tienda on-line Panama Hat Shop la cual ofrece buena calidad y buen servicio (modelos que puede usted observar en las fotos que acompañan este artículo). Los sombreros pueden enviarse a cualquier parte del mundo.

Dos consejos: no vaya usted a cometer el error de comprar un sombrero hecho de tela (competencia china que amenaza la producción ecuatoriana), ni a comprar un sombrero de ala corta, de esos que se pusieron de moda últimamente entre los más jóvenes, llamado 'de músico' (parecerá usted efectivamente un músico mal pagado y de mal gusto, que me perdonen los modistos a la última).

El aútentico sombrero Panamá esta hecho en Ecuador, de preferencia en el poblado de Montecristi, y es tejido a mano por artesanos (ya sea el que adquiera usted en Londres o en Nueva York). Por otro lado la calidad del tejido anuncia su precio, ya que entre más cerrado el tejido más laborioso es su fabricación, por ende su precio será mayor. Un sombrero de buena calidad debe al menos tener unos 400 tejidos por pulgada cuadrada, llegando hasta los 1200 tejidos por pulgada cuadrada. No deje de permitirse el mejor sombrero que pueda adquirir. Y no olvide que, como dice Berndhard Roetzel en su libro "El Caballero", "el sombrero Panamá no es para cualquiera"...

Anthony Hopkins en "Hannibal"
Anthony Hopkins en "Hannibal"

Anthony Hopkins en "Hannibal"









Por F. Xavier

http://en.wikipedia.org/wiki/Panama_hat
http://www.panamahatshop.com/es/index.htm
http://www.ecuadorianhands.com/-i-30.html
http://www.panamahatshop.com/es/history.htm

sábado, julio 04, 2020

La Recomendación Semanal

Como bien dice su autor, Bernhard Roetzel, en la introducción del libro que hoy les presento, El Caballero, aquel que quiera pasar por bien vestido en París, Milán, Lóndres o Nueva  York, sólo tiene que seguir los consejos de la moda masculina clásica, esa que jamás pasa de moda, estilo al fin y elegancia. Quien siga los cánones ahí descritos puede estar seguro de no equivocarse, y si usted quiere ser y no parecer en el buen vestir, con solo este libro le bastará para lograrlo.

Su companion, el segundo libro aquí mostrado, A Gentleman's Look Book, es un acertado complemento al mencionado libro ya que en lugar de ser un compendio de "recetas", por decirlo de alguna manera, es uno de fotografías de gente que gusta del arte sartorial y muestra sus propias prendas hechas a medida y otras piezas y ropas escogidas, y no de un grupo de modelos con vestimentas que se ajustan en el momento para que se vean bien en las fotos. Esto por supuesto le da una autenticidad y originalidad que de otra manera no tendría.

Ambos libros están disponibles en Amazon.

El original, El Caballero de Bernhard Roetzel, y su compañero de más reciente publicación, A Gentleman´s Look Book.

martes, mayo 28, 2019

Los Anteojos de Lozza Sartoriale

"San Geronimo leyendo", C.1621.
Georges de La Tour

Las gafas. ¿Acaso hay alguien que no las necesite? 

Existen ciertos objetos, querido lector, que nos acompañan siempre. Objetos personales que, tal vez por su simple función, pasamos por alto o los damos por sentados, pero que si nos hacen falta en el día a día son capaces de trastornar nuestro mero transitar por la jornada. Este es el caso de las gafas ópticas, un objeto que no sólo es pura utilidad, sino que, sabemos bien, cambia nuestra fisionomía, nuestro rostro, según el modelo que se utilice, a tal grado que muchas personas nos son desconocidas sin estos artilugios; personas cercanas o famosas de todas las épocas.

La historia de las gafas o lentes se remonta al antiguo Egipto (o es lo que sabemos), donde los podemos hallar en inscripciones jeroglíficas de al menos 2,500 años de antigüedad. Más tarde, los celebres Séneca y Plinio el Viejo ya los mencionan en sus escritos como muy necesarios para observar pequeñas letras. Después, el físico, matemático y astrónomo árabe Alhacén, a quien se le atribuye entre otras cosas la creación del método científico, estudió ampliamente la anatomía del ojo, y su obra Kitab al-Manazir (Libro de Óptica) fue fundamental en la creación de las gafas por inventores italianos del siglo XIII; además, su traducción al latín influyó en los estudios occidentales sobre óptica de Da Vinci, Galileo Galilei, Roger Bacon, Huygens, Descartes y Kepler.

Entonces, dada su importancia aquí demostrada y más allá de su simple misión de permitirnos ver bien, ¿porqué no portar en nuestra cara un objeto que nos haga, no solo ver con mayor claridad, sino que en él también se imprima un poco de nuestra personalidad? No hablo necesariamente de su forma o color o inclusive sus materiales, sino más bien un poco de idea y de intención; de idea de estética y de intención de hallar objetos funcionales y de excelente manufactura, alejándonos del mal gusto del exceso en el precio o en los materiales que son para las joyas y no para colgárselas de la nariz. Para ello me permito ofrecerle una pequeña recomendación...

Lozza
Lozza es la compañía de gafas más antigua de Italia y una de las compañías más antiguas del mundo; fundada en 1878 por Giovanni Lozza en la región de Cadore, en el Véneto, Lozza ha siempre mostrado un enfoque constante hacia la innovación,  la investigación y vanguardia en la creación de sus productos, además de realizar manufacturas de calidad  durante sus más de 140 años de historia. En 1983 Lozza fue adquirida por el grupo De Rigo, compañía que ha sabido continuar, casi como responsabilidad, con el legado tecnológico y de calidad de esta antigua casa italiana. 

Lozza en la actualidad posee un estatus de gafas de culto para todo aquel que conoce de historia y desea poseer un objeto que va más allá de la simple elección de momento en una óptica, que, dicho sea de paso, muy probablemente sea propiedad de Luxxotica, compañía que controla la fabricación y distribución del 80% de todas las marcas de gafas del mundo (incluyendo marcas de lujo como Chanel, Burberry, Ralph Lauren, Ray-Ban, Oakley, Versace, Prada, Michael Kors, Miu Miu, Bulgari, Armani, Brooks Brothers, Dolce & Gabbana, Paul Smith, Stella McCartney, Coach, Tiffany & Co. e inclusive Persol, gafas que nos venden toda una idea de exclusividad pero que incidentalmente son fabricadas en una sola, sí, fábrica), y la cual controla las modas - y los precios - como es de esperarse; y como ya lo mencioné antes en mi artículo sobre las intenciones de este blog, cuando hablo de los objetos y la mercadotecnia, resulta un juego de espejos la ilusión de exclusividad de las marcas de lujo reinventadas y de tener el privilegio de la elección en estos tiempos de publicidad masiva multiplataforma y de neuromercadotecnia. Así que poseer unas gafas Lozza no solo es una elección práctica en el sentido de calidad, sino que también puede llegar a ser una declaración de intenciones: crear un estilo propio, con objetos hechos a mano y a medida, sin seguir los caprichos de la moda, impuestos por la publicidad de masas.

Lozza Sartoriale
Lozza, para satisfacer justamente las necesidades de sus usuarios más exigentes, lanzó en el año 2014 un servicio de fabricación a medida al que llamó Loza Sartoriale en el cual usted puede elegir el material, la forma y el acabado de sus muy personales gafas ópticas, con el fin de "crear productos únicos y elegantes, capaces de transmitir los valores clave de la marca: estilo italiano, destreza artesanal, atención al detalle e innovación", según reza el propio sitio web de Lozza. Sin duda existen marcas de anteojos hechos a medida de gran calidad, pero muy pocas pueden ofrecer la tradición e historia de esta icónica marca italiana.

Le ofrezco a continuación un par de videos que demuestran los valores de la compañía de los que antes he hablado. Y no olvide, querido lector, que la elección de un gentleman jamás es convencional...




domingo, abril 07, 2019

The Good Italian - La Dolce Vita!

"Cuando se cerca la perfezione, il tempo non esiste..." Nadie mejor que Giancarlo Gianini para introducirnos a la magia, a la pasión y la tradición de la Dolce Vita italiana; en estos filmes de la casa Caruso podemos atisbar ese mundo tan sencillo como complejo, el de disfrutar de la excelencia de las pequeñas cosas de la vida echas con pasión y raigambre...







jueves, mayo 02, 2013

Mr. Porter's Style Clinic - Château Living

Incredibly stylish is the only way I can describe Mr. Porter's Style Clinic. This episode is quite classy too. Enjoy calmly, and don't forget to call on Mr. Porter himself at www.mrporter.com